Capítulo 3: El Principio de la Guerra.
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Capítulo 3: El Principio de la Guerra.
Como ya había dicho, el humano le teme a lo que no entiende y reacciona con la violencia de forma casi inmediata. Al principio, nadie le creía al chico, pero como era de esperarse, la paranoia comenzó a invadir las débiles mentes humanas, causando un enorme temor al bosque y más preocupante aún, a la idea de que existe una ciudad en el bosque, varios ya no creían que era un bosque, imaginaban aquella ciudad descrita por el joven, causando que la magia que la mantenía oculta se debilitara y permitiera a varios percatarse de su prescencia, causando que cada vez más habitantes declararan que habían visto la ciudad, creando a más y más creyentes, aumentando el miedo, exparciendo la hubicación de la ciudad. No pasó mucho para que el mundo entero supiera de la hubicación, no pasó mucho antes de que el humano creara armas de mayor poder, descuidando por completo el impacto que su tecnología tenía sobre la naturaleza, y concentrándose únicamente en destruir la ciudad.
A los pocos años de que se supo de la hubicación de la ciudad, los humanos tenían listo un ejército bien armado con pistolas que disparaban rondas de 25 balas, cañones capaces de derribar una casa con un solo impacto, vehículos de dos llantas, ligeros y fáciles de controlar, pistolas que podían disparar 8 veces antes de tener que recargar y rifles que podían atravezar a cualquier hombre.
Los Furry, por otro lado, habían dedicado sus investigaciones a la tecnología energética, creando energía 100% limpia y en extremo abundante, mientras que sus armas seguían siendo primitivas, espadas, lanzas, arcos y flechas eran sus mejores opciones para pelear y sus vehículos solo servían para transportarse rápidamente de un lugar a otro, no estaban diseñados para la pelea. Los furry no tenían idea de que los humanos se acercaban, preparados para destruir todo lo que estuviera a su pasa, para masacrar a los habitantes de la ciudad y exterminar esas formas de vida tan extrañas de una vez por todas.
La matanza comenzó de noche, los cañones derrumbaban los indefensos edificios, las balas penetraban fácilmente a los furry mientras corrían a sus vehículos, la única estrategía que tenían los seres peludos, era correr, escapar, salvar sus vidas, buscar ayuda. Pocos escaparon, la nueva tecnología que habían desarrollado había desaparecido por completo, los humanos habían destruido todo sin pensar que podrían obtener un beneficio de la ciudad, sin saber que la energía con la que tanto soñaba se encontraba entre esos escombros. Habían ganado la guerra, habían destrozado por completo la civilización que la habitaba, acababan de demostrar su poder, acababan de ganarse el odio de todas las demás especies, desde ese entonces, Ángeles, demonios, plantas y animales, apoyarían por completo a los furry, esperándo para ayudarlos a recuperar lo suyo, preparándose para castigar a los humanos, y, de ser necesario, exterminarlos...
A los pocos años de que se supo de la hubicación de la ciudad, los humanos tenían listo un ejército bien armado con pistolas que disparaban rondas de 25 balas, cañones capaces de derribar una casa con un solo impacto, vehículos de dos llantas, ligeros y fáciles de controlar, pistolas que podían disparar 8 veces antes de tener que recargar y rifles que podían atravezar a cualquier hombre.
Los Furry, por otro lado, habían dedicado sus investigaciones a la tecnología energética, creando energía 100% limpia y en extremo abundante, mientras que sus armas seguían siendo primitivas, espadas, lanzas, arcos y flechas eran sus mejores opciones para pelear y sus vehículos solo servían para transportarse rápidamente de un lugar a otro, no estaban diseñados para la pelea. Los furry no tenían idea de que los humanos se acercaban, preparados para destruir todo lo que estuviera a su pasa, para masacrar a los habitantes de la ciudad y exterminar esas formas de vida tan extrañas de una vez por todas.
La matanza comenzó de noche, los cañones derrumbaban los indefensos edificios, las balas penetraban fácilmente a los furry mientras corrían a sus vehículos, la única estrategía que tenían los seres peludos, era correr, escapar, salvar sus vidas, buscar ayuda. Pocos escaparon, la nueva tecnología que habían desarrollado había desaparecido por completo, los humanos habían destruido todo sin pensar que podrían obtener un beneficio de la ciudad, sin saber que la energía con la que tanto soñaba se encontraba entre esos escombros. Habían ganado la guerra, habían destrozado por completo la civilización que la habitaba, acababan de demostrar su poder, acababan de ganarse el odio de todas las demás especies, desde ese entonces, Ángeles, demonios, plantas y animales, apoyarían por completo a los furry, esperándo para ayudarlos a recuperar lo suyo, preparándose para castigar a los humanos, y, de ser necesario, exterminarlos...
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